“Pensado para quienes no aceptan menos que excelencia”
¿Qué hay realmente en tu ensalada? Entre mitos, realidad y residuos invisibles.
Un video que nos hizo pensar: Hace unos días circuló en redes sociales el video de un joven que, tras comprar tacos para llevar en una taquería local, decidió analizar las verduras con las que venían acompañados en un pequeño laboratorio casero. ¿El resultado? Presencia de residuos fecales en los ingredientes frescos como la cebolla y el cilantro. Aunque muchos tomaron el video como exageración, la realidad es que la contaminación microbiana en verduras frescas es un problema común. El caso expone una verdad incómoda: no basta con que un alimento “se vea fresco”, también debe ser seguro. ¿Lavar o no lavar? Desinfectar, ¿es lo mismo? Uno de los mitos más frecuentes entre consumidores es pensar que lavar con agua del grifo es suficiente para eliminar microorganismos dañinos. Veamos qué dicen algunos estudios relevantes: Lo que dice la ciencia • Un estudio de la Johns Hopkins University reveló que el simple enjuague con agua elimina solo entre el 10% y el 20% de los patógenos presentes en hortalizas de hoja verde. • Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recomiendan el uso de soluciones con hipoclorito de sodio (cloro doméstico diluido al 3%) o desinfectantes certificados para uso alimentario. • La FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.) sugiere incluso evitar el uso de vinagre o limón como desinfectantes, ya que no han demostrado ser suficientemente eficaces. La trazabilidad y certificación no son un lujo, son una necesidad En un mundo donde cada vez más alimentos viajan largas distancias, los riesgos aumentan si no existe control en cada eslabón de la cadena. Como consumidores debemos buscar proveedores y marcas que operen con certificaciones reconocidas en inocuidad alimentaria. Certificaciones ideales que garantizan seguridad: • Primus GFS: clave para exportadores de hortalizas en América Latina, enfocada en buenas prácticas agrícolas y manipulación. • Global G.A.P.: estándar internacional que evalúa producción, sanidad y responsabilidad ambiental. • HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control): obligatorio para muchas agroindustrias y esencial en procesamiento y empaque. • FSSC 22000 o ISO 22000: aplicables en niveles más industriales o integrados. ¿Qué podemos hacer como consumidores y como industria? Como consumidores: • Exigir trazabilidad: saber de dónde viene lo que comemos. • Elegir proveedores con certificación: especialmente si se trata de productos frescos y crudos. • Desinfectar correctamente en casa: seguir protocolos validados científicamente. Como productores y comercializadores: • Invertir en inocuidad no es opcional: es parte del compromiso ético con la salud pública. • La confianza del consumidor se gana con transparencia. Conclusión: una ensalada limpia empieza mucho antes del plato El video viral fue solo una alerta, pero detrás hay una oportunidad: cambiar la forma en que producimos, manejamos y consumimos los alimentos. La seguridad alimentaria comienza desde el campo, pero se fortalece en cada decisión que tomamos como empresa, como consumidor y como sociedad. En Cultiva creemos en un sistema alimentario donde la inocuidad y la trazabilidad no sean un valor agregado, sino una base mínima. Porque el futuro de la alimentación no solo debe ser más verde, también debe ser más seguro.
6/4/20251 min read



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